dimecres, 27 de gener del 2010

Al hilo de la carta de Alex Viladomiu...

Conocí a Pep por medio de Alex Viladomiu, el autor de esta emotiva carta. Me lo presentó durante una comida en el Bar Neutral de Barcelona, a escasos metros de su casa. 

 

-Es una eminencia -me dijo-. Un verdadero artista.

 

Poco tiempo después tuve ocasión de comprobarlo. Ciertamente, nuestro Pep manejaba el instrumental odontológico con la misma pericia, delicadeza y cariño que esculpía sus figuras de yeso o fabricaba artesanalmente instrumentos inclasificables. Imagino que a muchos de vosotros, al igual que a mí, os enseñó su violoncello-guitarra (o guitarra-violoncello, nunca me quedó claro), del que estaba tan orgulloso. Con la emoción de un niño en la víspera del día de Reyes, contaba que un joven músico -paciente suyo, creo recordar- le dijo en una ocasión que la sonoridad de aquel instrumento era excelente. Ni que decir tiene que Pep se sintió el hombre más satisfecho del mundo. En otra ocasión (¿o fue en la misma?), ese joven-músico-paciente interpretó "El cant dels ocells" -como sabéis, su pieza favorita- con el cello-guitarra, en una audición exclusiva para él. Ni que decir tiene que Pep se sintió el hombre más feliz del mundo... No obstante, por encima de su pericia, me atrevería a decir que en el ejercicio de su profesión destacó principalmente por su honestidad. Pep era, en esencia, un profesional honesto (consecuencia lógica de ser un hombre honesto). Su preocupación por la satisfacción de sus pacientes y la equidad en la retribución de sus servicios rozaban la obsesión. Pero claro, él no sabía trabajar de otro modo…

 

En cualquier caso, mis mayores elogios no son para el Pep odontólogo, sino para el Pep Pep. Para el hombre, para el ser humano que caló tan profundamente en los corazones de todos aquellos que tuvimos el privilegio de contar con su afecto. Para bien o para mal, la vida sigue sin Pep; pero sin duda es una vida un poco más amarga…

 

DESCANSE EN PAZ, DOCTOR FALCO. DESCANSA EN PAZ, AMIGO MÍO.

 

PEPITU, ESPERO RETROBAR-TE ALGUN DIA, SIGUI ON SIGUI…

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